La planta del crocus sativus, tríploide estéril de estilo filiforme y con bulbos sólidos, tiene una trayectoria extensa en años y esplendoroso pasaje en distintas culturas, lo que hace de la historia del azafrán, además de su amplitud, darnos a conocer su alto valor, desde tiempos antiguos, así como también, descubrir que siempre fue de gusto exquisito entre las personas de poder.
Conoce la historia del azafrán antes de la era cristiana.
La antigua Grecia forma parte de la historia del azafrán, existiendo testimonios de su cultivo y uso desde 1500 a 1600 a.C. Durante el período conocido como la Edad del Bronce se llegó a crear una variedad mutante, como resultado de dos especies distintas del crocus.
Igualmente, los faraones egipcios, también lo utilizaron y hasta en la época Helenística de Cleopatra se mantuvo una predilección por la aromática especia.
El cultivo de azafrán en Persia tuvo apogeo en el siglo XX a.C. De esta manera, Darío I, el Grande, al igual que Alejandro Magno, prácticamente rendían un culto especial a esta singular especia, ordenando de manera estricta su siembra y consumo, utilizándolo también en la cosmética y en diferentes prendas.
De esta tierra viajó y se expandió por China, la India y Roma, y es durante la caída del Imperio Romano, cuando la historia del azafrán nos da la primera referencia de su llegada a Europa, específicamente a España.
La historia del azafrán: comercialización y demanda
El comercio del producto en la Europa del siglo XVI alcanzó niveles incalculables por razones médicas. Su importación desde tierras mediterráneas, dio origen a actos ilegales que desencadenaron hechos importantes como fue la Guerra del Azafrán. De esta etapa se tienen noticias sobre la costumbre de haberlo adulterarlo y empleado para el contrabando.
Ya para el siglo XVI el centro local para el cultivo y comercialización del azafrán queda establecida formalmente en la Inglaterra Oriental, arribando posteriormente a América, que entra en la historia del azafrán llevada de la mano por parte de los europeos religiosos. Su llegada a través del Atlántico, se debe a la inmigración de la Iglesia Schwenkfelder, que trajo los primeros bulbos para su plantación, lográndose así el nacimiento del azafrán americano.
Por la alta demanda y compra de la exquisita especia, por parte de las colonias españolas asentadas a todo lo largo del Caribe, el azafrán llegó a cotizarse a precios paralelos al oro. Este mercado fue muy próspero, sin embargo, con motivo a la guerra surgida en 1812, se generó una paralización y caída pues se imposibilitó su comercialización.